Cuando éramos pequeños, mostrábamos facilidad o preferencia por algo en particular. Tal vez éramos afectos a coleccionar algo, a un juego en particular, a pasar tiempo investigando razones, circunstancias o resultados y, con los años, nos fuimos alejando de eso que verdaderamente captaba nuestra atención, porque crecimos, por el trabajo, la familia, los niños, etc. etc.
Reconectarte con lo que tanto te atraía puede brindarte el aire fresco que necesitas en el medio de tu ajetreada vida.
Para ello, no hacen falta grandes inversiones ni tener demasiado tiempo libre: hoy en día, con Internet, con revistas o con un buen libro, puedes dar lugar a que afloren tus aficiones, dejar volar tu imaginación y reconectarte con tu esencia. Y esto nadie lo podrá apartar de ti, salvo que tú lo permitas.
¿Cuál es tu pasión?
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