Todos los tiempos han tenido inseguridades, el miedo es el más poderoso de los sentimientos, el miedo te paraliza de tal modo que no te deja avanzar en un momento de tu vida.
<Todas las guerras tienen su origen en el miedo>.
Desde que nacemos nuestros padres nos infunden el miedo, creyendo con ello, advertirnos del peligro o quizás y muy tristemente por abuso.
Recuerdo…, que siendo muy niña la oscuridad me aterraba, cuando llegaba la hora de dormir ¡era como una pesadilla!, tenía que dormir con la lamparita de mi mesita de noche prendida, no lo podía remediar. ¡Sentía miedo! Si, ¡mucho miedo!, era algo terrible cuando llegaba la noche, empezaba a gritar creyendo que veía sombras, --- ¡pero si es mi propia imagen reflejada en la pared dada por la lamparita! --- pensaba después--- cierto…, ya en muchas ocasiones había intentado sobreponerme a aquello tan grande que sentía, las gotas de sudor me corrían por la cara, mis manos y mis pies se empapaban. Los regaños de mi padre eran a diario y todos los días le prometía que dormiría con la lamparita apagada ---pero nunca logre hacerlo--- hasta que fui una mujer.
Repaso mentalmente todas estas pequeñas vivencias, <pequeña ahora>, pero en aquellos momentos para mi fueron eternos, nunca pensé que me sobrepondría a mi miedo a la oscuridad.
<Todas las amarguras de este mundo tienen su origen en el miedo y la búsqueda de seguridad>.
Los maestros y maestras de escuela deben enseñar a los alumnos y alumnas la virtud del valor. Es lamentable que a los niños y niñas se les llene de temor desde su mismo hogar.
A los niños y niñas se les amenaza, se les intimida, se les aterroriza, se les da palos, etc.
Los maestros y maestras de escuela deben enseñar a los alumnos y alumnas la virtud del valor. Es lamentable que a los niños y niñas se les llene de temor desde su mismo hogar.
A los niños y niñas se les amenaza, se les intimida, se les aterroriza, se les da palos, etc.
Esa costumbre de padres de familia y maestros, atemorizar al niño y al joven, con el propósito de que estudien, por lo común se les dice a niños y jóvenes que si no estudian tendrán que pedir limosnas, vagar hambrientos por las calles, ejerciendo trabajos muy humildes como limpiar calzado, cargar fardos, vender periódicos, trabajar en el arado, etc., etc., como si el trabajo fuese un delito.
Hagamos que los tiempos avancen sin los miedos, si el tiempo avanza para otros adelantos, ¿porque no adelantarnos al sentimiento? hay muchos otros que son… la confianza, el valor, el respeto, y a la fuerza del amor, enseñándoles el camino del
¡Valor auténtico!
Laura La Villa.