No conviertas tu vida en un
show de marionetas y mucho menos que tú seas la protagonista, todos querrán disfrutar
del espectáculo…
La manipulación es lo más
denigrante para la persona humana.
El manipulador utiliza el miedo, la obligación y la culpa
como instrumentos para obligarnos a ceder: nos hacen temer las consecuencias de
no plegarnos a sus deseos, sentirnos obligados a satisfacerlos o que sentiremos
remordimiento si no capitulamos.
¿Cómo va evolucionando la manipulación?
En un principio podemos encontrarnos la manipulación como
algo sutil, a veces incluso imperceptible, basado en el deseo de salirse con la
suya a propia costa y en la inseguridad de la persona que la lleva a la
práctica.
Cuando la manipulación es insuficiente se recurre al chantaje emocional: Hacer
sentir miedo, culpa o vergüenza, y ejercer un grado variable de poder sobre esa
persona. Si el chantaje tampoco funciona, empieza a plantearse la posibilidad
de emplear la agresión física. El acoso moral, especialmente cuando se ejerce
en el medio laboral (mobbing) supone un grado elevado de poder por parte de la
persona que lo ejerce.
En el fondo, todo es lo mismo: Inseguridad del manipulador, que emplea técnicas
para resolver sus
problemas basadas en la agresividad activa o pasiva. Este individuo tienen
importante déficit de habilidades sociales, especialmente en el plano de la
conducta asertiva, que le lleva a emplear primero medios sutiles para conseguir
que los demás hagan lo que él quiere, y después cada vez más agresivos hasta
llegar a la violencia pura y dura.
¿Es lo
mismo la manipulación que el chantaje emocional, el acoso moral o el tan traído
y llevado actualmente mobbing? No, pero casi.
Podemos decir que hay un continuo entre todas
las formas de abuso interpersonal. En un principio podemos encontrarnos la
manipulación como algo sutil, a veces incluso imperceptible, basado en el deseo
de salirse con la suya a propia costa y en la inseguridad de la persona que la
lleva a la práctica.
Cuando la manipulación es insuficiente se
recurre al chantaje emocional: Hacer sentir miedo, culpa o vergüenza, y ejercer
un grado variable de poder sobre esa persona. Si el chantaje tampoco funciona,
empieza a plantearse la posibilidad de emplear la agresión física. El acoso
moral, especialmente cuando se ejerce en el medio laboral (mobbing) supone un
grado elevado de poder por parte de la persona que lo ejerce.
Es, especialmente en el plano de la conducta
asertiva, que le lleva a emplear primero medios sutiles para conseguir que los
demás hagan lo que él quiere, y después cada vez más agresivos hasta llegar a
la violencia pura Este individuo tiene un importante déficit de habilidades
sociales.
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